El programa “Miles de oportunidades”, impulsado por el gobierno de Río Negro en conjunto con el programa ProHuerta del INTA y del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, apunta a construir invernaderos escuelas para capacitar a más de mil familias en la construcción de esta tecnología para producir y garantizar el autoabastecimiento de alimentos frescos.
Al respecto, Germán Guaresti, coordinador del programa remarcó que “el trabajo articulado para llevar adelante las capacitaciones toma verdadero sentido en los encuentros con las familias, donde se comparten saberes y todo el colectivo se enriquece”.
“Desde el INTA adherimos y acompañamos las propuestas municipales y provinciales en torno al desarrollo de la agricultura urbana y la producción de subsistencia de familias con necesidades básicas insatisfechas. Por eso, además de impulsar acciones dentro del programa ProHuerta – que ya tiene 30 años de trayectoria – nos sumamos a esta propuesta de Rio Negro”, manifestó Vicente Buda, asistente regional del Extensión y ProHuerta del INTA Patagonia Norte.
Este programa se enmarca en el plan provincial “Rio Negro Nutre” que busca dar respuesta a todas las formas de malnutrición, a partir del acceso de las familias a alimentos frescos que garanticen una vida saludable y promuevan la soberanía alimentaria.
La creación de los invernaderos escuelas consta de distintas fases y comienza con la formación en terreno a partir de la construcción de 100 macrotúneles que funcionan como modelo para capacitar a los grupos destinatarios y a los futuros promotores de esta tecnología.
Al respecto, Buda señaló que “cada propuesta de instalación de invernáculo se discute en mesas locales con participación de organizaciones sociales y de instituciones del lugar para lograr el mayor impacto posible de esta política”.
Luego, se avanzará con el módulo de producción de hortalizas que incluye la preparación del suelo, elección de especies, siembra, riego y manejo de plagas y enfermedades. La última etapa es la construcción de 1.000 invernaderos familiares para continuar con el asesoramiento en los procesos de siembra y producción y avanzar con los talleres de capacitación en manipulación de alimentos y educación alimentaria y nutricional.
“La producción bajo cubierta en la que se utilizan invernaderos, macro o microtúneles permite aumentar el tiempo productivo y la cantidad de hortalizas obtenidas, mejorar su calidad y ampliar las posibilidades de producción”, explicó Buda.
El clima en la región combina bajas temperaturas y fuertes vientos que pueden afectar la continuidad de la producción en la huerta, por lo que estas tecnologías permiten producir alimentos frescos bajo condiciones controladas como una estrategia mantener un cultivo regular y rentable gran parte del año.
Desde el lanzamiento del programa en septiembre de este año, ya se construyeron cuatro invernaderos escuelas en la ciudad de Bariloche, uno en Dina Huapi, uno en Choele Choel, uno en Luis Beltrán, uno en Lamarque, uno en Chelforó, uno en Chimpay, uno en Coronel Belisle, uno en Darwin y otro en Viedma.
En torno a las experiencias locales, la jefa de la Agencia de Extensión del INTA Bariloche, Paula Ocariz, expresó que “este programa representa una oportunidad para que muchas familias accedan a alimentos frescos producidos localmente, así como, a capacitarse para emprender proyectos productivos a futuro”.
Respecto de la construcción de los invernaderos escuela, resaltó que “con los mismos queda una capacidad instalada en los diferentes barrios para desarrollar otras actividades de producción y formación para nuevas familias y organizaciones sociales”.
Fuente: INTA Informa