Abril, mayo y junio pagaron el ajuste oficial. La economía profundizó su recesión en el segundo trimestre del año, fruto de retrocesos de la obra pública y la inversión, y las caídas de la construcción, la industria y el campo, entre otros sectores.
El Indec informó ayer que el nivel de actividad se desplomó 3,4% en ese período y acumuló -si se observa la película que proyecta la medida desestacionalizada- su tercer trimestre consecutivo sin números positivos. No obstante, el del segundo trimestre fue el peor. De los números del producto bruto interno (PBI) -revisados por esta gestión- se desprende que la economía recibió una recesión del gobierno de Cristina Kirchner y, con sus primeras medidas, ahondó la mala situación de la actividad.
No obstante, economistas privados consultados por LA NACION y el propio Gobierno descuentan que desde el mes pasado el mal momento habría tocado fondo y algunos signos de esa leve reactivación comenzarán a verse en el último trimestre del año.
Con el resultado difundido ayer, en el primer semestre se produjo una contracción del PBI de 1,7%, comparando con el mismo período de 2015. De acuerdo con las proyecciones fijadas en el proyecto de Ley de Presupuesto 2017, el Gobierno espera un retroceso de 1,5% del producto en 2016, mientras calculó un avance de 3,5 por ciento para el año próximo.
Las causas del deterioro del PBI antes de la entrada al tan ansiado segundo semestre se debieron principalmente a una caída del consumo público, el freno de la inversión (sobre todo de la obra pública) y al mal momento que vivió -y todavía persiste- la industria. Desde la crisis de 2001, fue la primera vez con caída interanual en todos los componentes de la demanda. Incluso economistas privados consultados recordaron además que las inundaciones de abril afectaron las actividades de la construcción, el transporte y la cosecha.
El PBI, según el Indec, llegó a $ 762.231 millones durante el segundo trimestre. Las exportaciones cayeron un 1,9%, mientras que las importaciones avanzaron un 8,7 por ciento. Este último dato llamó la atención porque se registró en una economía en recesión. "Esto da la pauta del atraso cambiario", afirmó Martín Polo, economista jefe de Analytica, que estimó que desde 2011 se da un fenómeno de aumento en la elasticidad entre producto e importaciones. "Ahora hay una profudización de esta tendencia. Si estas son las importaciones en recesión, hay que imaginar lo que serán cuando la economía crezca. El Gobierno va a necesitar muchos dólares", agregó. Aceptó que en ese período se liquidaron además todas las declaraciones juradas anticipadas de Importación (DJAI) del kirchnerismo.
La formación bruta de capital fijo (la inversión), según estimaciones provisorias, experimentó en el segundo trimestre una variación negativa de 4,9% respecto del mismo período del año anterior. "Esta caída se debió a la disminución de 15,7% de la inversión en construcciones, de 13,6% de otras construcciones, un incremento de 5,3% en maquinaria y equipo y una caída de 0,8% en equipo de transporte", informó el Indec. El consumo público registró una baja de 2%, mientras que el consumo privado descendió 0,1 por ciento.
Los sectores que sufrieron mayores retrocesos fueron la construcción (10,2%), la agricultura (7,9%), la industria (7,9%) y la intermediación financiera (5,7%). Sobre este último rubro, los economistas recordaron que se trató de los tiempos de alzas de tasas en el Banco Central (tendencia que se revirtió hace semanas atrás).
"Estimamos que desde agosto podría reflejarse un repunte en la medición mensual desestacionalizada, pero en la comparación anual seguirá en terreno negativo", afirmaron los especialistas de la consultora LCG. Para ellos, este año terminará con una contracción del PBI de 1,8 por ciento. "En agosto, nuestro cálculo da a una caída interanual de 2,3% pero el indicador desestacionalizado aparece por primera vez en terreno positivo, con un 0,3% de avance", indicó Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de OJF, que ve una economía a fin de año con una baja de 1,2%.