Con una tendencia nacional en alza, la producción de megafardos se posiciona en el mercado de la alfalfa y representa la actividad de mejor resultado económico, según un reciente análisis del INTA. Beneficios en la confección y almacenamiento, demanda de mercado y recomendaciones técnicas como adelanto de la Jornada de Forrajes Conservados que se realizará el 8 de mayo en Manfredi.
De acuerdo con Gastón Urrets Zavalía –investigador del grupo recursos forrajeros del INTA Manfredi, Córdoba–, “la producción de megafardos está en alza” y esto se debe a los beneficios económicos que representa en materia de transporte y almacenamiento, en comparación con el rollo.
En este sentido, confirmó que un reciente análisis de los flujos de fondos y del VAN del INTA Manfredi posiciona a la confección de megafardos con cutter y fardos como las actividades de mejor resultado económico.
“Sin dudas el precio diferencial de estos por sobre los alcanzados por los rollos de igual calidad, inciden directamente en el margen del negocio”, indicó el especialista, al tiempo que reconoció que esta situación “genera la posibilidad de una actividad económica de escala para contratistas”.
A su vez, reconoció que “se observa una tendencia nacional hacia una reducción de la superficie de alfalfa en los establecimientos pecuarios, por lo que el aprovechamiento de las pasturas se vuelve intensivo y demanda eficiencia de producción de este recurso”.
En este contexto de incremento de los volúmenes comprados por establecimientos bovinos cada vez más intensificados, resulta imprescindible una mayor especialización de aquellos productores dedicados exclusivamente a producir heno de calidad.
“Frente a este panorama, el formato de heno que irá ganando participación relativa en el mercado será sin dudas el megafardo y, específicamente, el cutteado o procesado, ya que simplifica la operación diaria de formulación de raciones y que, si bien el productor debe pagar con un precio diferencial, luego recupera dicho costo superior al ahorrar costos de desmenuzado”, vaticinó Urrets Zavalía.
Riego, más beneficios que costos
En Córdoba, hay 600 mil hectáreas implantadas con alfalfa destinadas, principalmente, a su henificación en rollo, seguido por el megafardo, el fardo pequeño y el pastoreo, en su mayoría en sistemas ganaderos lecheros y en menor medida, de carne.
Si bien la mayor proporción de esta superficie se encuentra bajo condiciones de secano, el riego suplementario se presenta como una alternativa que aporta a la sustentabilidad, siempre con un uso racional del recurso.
En cuanto al riego, el técnico aseguró que “un reciente estudio del INTA determinó que, bajo riego, la producción de alfalfa puede aportar una rentabilidad 21 % superior a la que se logra en un planteo de secano”. Según las estimaciones orientativas, con aporte suplementario de agua, la alfalfa genera un 50 % más materia seca por hectárea que sólo con las descargas pluviales.
En este sentido, Urrets Zavalía destacó la importancia del riego por “permitir estabilizar y potenciar el negocio de la producción y comercialización de heno”. A su vez, reconoció que “siempre los beneficios de regar son mayores a los costos del mismo” y aconsejó: “Conviene regar aquel producto que tiene un mayor precio de venta”.
Forrajes conservados: una década de conocimiento
El próximo 8 de mayo se realizará la 10.° Jornada de Forrajes Conservados en el INTA Manfredi, Córdoba. Con el eje en la rentabilidad y productividad, el encuentro –de entrada libre y gratuita– contará con numerosas charlas, talleres y concursos destinadas a productores, técnicos, asesores, contratistas y estudiantes avanzados.
Entre las temáticas que se abordarán se destacan las charlas sobre el panorama actual y perspectiva de la producción en la producción de carne y leche en la Argentina, novedades, tecnologías disponibles, como así también la importancia de los forrajes conservados en los sectores, henos, silajes.
Además, habrá un taller práctico sobre el muestreo y caracterización de forrajes conservados, un concurso sobre calidad en los que se medirán parámetros químicos y organolépticos.