El importante caudal de agua está castigando a numerosos partidos del noroeste bonaerense que son muy gravitantes dentro de la zona núcleo sojera.
Tal es el caso de General Villegas, Carlos Tejedor, Florentino Ameghino y Rivadavia, por nombrar sólo algunas zonas. Y, poco a poco, la acumulación de agua ya comienza a hacerse sentir en distritos cercanos como Trenque Lauquen, Pehuajó y Lincoln.
Pero el impacto del clima no solamente afecta territorios comandados por Vidal: el norte de la provincia de La Pampa también fue víctima de una lluvia atípica que, en menos de una quincena, dejó completamente anegados los campos de localidades como Intendente Alvear, Ojeda y Trenel.
Las dos variables que dejaron completamente inundadas a miles y miles de hectáreas son:
-Por un lado, las importantes precipitaciones que se dieron sólo en el último mes, de hasta 300 milímetros en algunas áreas.
-Por el otro, la ausencia de obras para controlar el caudal de los cursos de agua que ingresan a la Provincia, como es el caso del río Quinto, con nacimiento en San Luis y circulación a través de Córdoba.
La combinación de estos factores derivó en que en un partido como Villegas, por ejemplo, de las 700.000 hectáreas que conforman su superficie, el 70% haya quedado totalmente bajo el agua.
Si bien se espera una mejora del tiempo para la próxima semana en la mayoría de estas zonas, lo cierto es que la altura de las napas y la vigencia de una primavera lluviosa como pocas veces antes, mantiene encendidas todas las luces del tablero económico y alimenta las malas perspectivas.
“Los suelos están al límite y no entra ni un milímetro más de agua“, es el diagnóstico del estado de situación que trazó la Bolsa de Comercio de Rosario en su informe climático de la zona núcleo.
“Campos aislados, caminos que se han vuelto ríos y sectores sumergidos son las secuelas que vienen dejando las lluvias. Las tierras están al límite de su capacidad, por lo que un nuevo temporal traería peores daños”, advirtieron.
El siguiente gráfico deja en evidencia el gran caudal de precipitaciones que cayó sobre los campos de la zona núcleo y cómo se han ido saturando de humedad las mejores superficies para la actividad agrícola:
Producción afectada
Las inundaciones llegan en pleno “reverdecer” de la actividad agrícola en la provincia de Buenos Aires. Y atentan directamente contra la expansión de aquellos cultivos a los que más iban a apostar los productores tras la quita de retenciones y el final a los cupos de exportación que dispuso el macrismo.
A ojos de los analistas consultados por iProfesional, cultivos como el maíz y el girasol son los que sufrirán las consecuencias más negativas.
Esta última oleaginosa se ubicaba entre los granos que mejores perspectivas tenían para esta nueva campaña que ya comenzó.
Gustavo López, especialista de AgriTrend, anticipó a iProfesional que la expectativa de siembra de 130.000 hectáreas fijada para la zona núcleo “no se podrá cumplir”.
“Las inundaciones llegaron en momentos en que recién se estaba cubriendo el 10% del área total proyectada de girasol, es decir, unas 13.000 hectáreas. A esto hay que sumarle que la tormenta trajo consigo mucho granizo. Esto, de movida, ya provocó la pérdida de unas 3.000 hectáreas“, sostuvo.
Santiago del Solar, productor agropecuario y directivo de CREA, coincidió con López al afirmar que el girasol será uno de los cultivos más afectados por el factor climático.
Desde su perspectiva, el crecimiento que se esperaba tras la quita de retenciones no se verá plasmado en la realidad, dado que octubre es un mes decisivo en el que se define si la futura cosecha es un éxito o un fracaso.
“Lamentablemente, las inundaciones traerán como consecuencia que muchos productores se inclinen por cultivos tardíos, como la soja. Aun cuando las lluvias terminen y el suelo se seque para noviembre, el girasol ya no será la mejor opción“, comentó a iProfesional.
En AgriTrend detallan que otra “víctima” de las aguas es el maíz, que predomina en unas 500.000 hectáreas si se suman el oeste bonaerense y la zona Norte de La Pampa.
Según cálculos de la consultora, el anegamiento puso en peligro a unas 300.000 hectáreas y hay incertidumbre respecto de si, disipada la emergencia hídrica, se lograrán empatar los números de producción del año pasado.
Este es un dato clave, dado que entidades como la Bolsa de Cereales de Buenos Aires o la de Rosario pronosticaban la mayor campaña maicera de la historia.
“En este ciclo llevábamos sembrada el 57% de la superficie predestinada y los pronósticos de rinde eran superiores a los de la campaña anterior. Pero la situación cambió drásticamente: la inundación y el granizo están obligando a hacer de nuevo los números”, alertó López.
Soja, también en riesgo
La soja, cultivo excluyente, lidera el podio de las cosechas bajo riesgo, principalmente por la superficie que ocupa.
“Aunque algunos productores pudieron comenzar las siembras el fin de semana pasado, las tareas se detuvieron muy pronto por el regreso de las precipitaciones. El año previo, a esta altura, la superficie cubierta era un 10% superior”, advirtieron desde la BCR.
Si bien se trata de un cultivo bastante resistente, la posibilidad de que perduren las lluvias coloca en peligro a parte de esta campaña.
Partidos como General Villegas, Ameghino, Viamonte y Lincoln concentran cerca de 900.000 hectáreas a ocupar con la oleaginosa y hoy están bajo observación.
“Si el agua continúa bajando hacia zonas cercanas a Pehuajó o Trenque Lauquen, hay que pensar que el área comprometida sumará otras 700.000 hectáreas. Como mínimo, estamos hablando de cerca de 1,5 millones de hectáreas de soja que podrían perderse por todo este problema. No es menor si pensamos que se trata del 8% de la producción total del país”, detalló López.
El trigo, en tanto, también sufre el cimbronazo del agua y verá reducida su participación, justo luego de que las medidas del macrismo, por primera vez en años, volvieran a alentar su crecimiento.
Al momento de empezar las inundaciones, el 50% de las 500.000 hectáreas destinadas al cultivo ya se encontraban sembradas.
Ahora, el exceso hídrico colocó en situación de riesgo a gran parte de los campos, mientras que dejó en suspenso al resto de las tareas agrícolas.
“Se trata de una zona que iba a aportar el 12% del total del trigo que produciría el campo argentino. La expectativa era de muy buen rinde, pero hay muchas hectáreas que quedaron bajo el agua. Ya había una preocupación anticipada por el exceso de humedad que mostraba el suelo, pero la lluvia y el granizo terminaron por empeorar la situación“, indicaron desde AgriTrend.
Para Del Solar, de CREA, “este año iba a ser clave para el trigo y teníamos las mejores perspectivas para el girasol. Pero la abundancia de las lluvias y el problema de las napas terminaron por arruinar los cultivos. Hoy, la mayoría de los campos plantados con trigo está bajo el agua, es un drama“.
Todo esto está obligando a recalcular el nivel de cosecha para esta nueva campaña. Hasta la semana pasada, la Bolsa de Cereales preveía un récord de 111 millones de toneladas, unas 5 millones más que el ciclo anterior (ver cuadro).
Sin embargo, para los expertos, las condiciones cambiaron sorpresivamente y hoy se está en la etapa de evaluación de daños.
Pasando factura
Respecto de la problemática en el oeste bonaerense, en el equipo de funcionarios que secundan a María Eugenia Vidal lo que prevalece es la certeza de que todo este escenario podría haberse evitado si las administraciones anteriores hubiesen cumplido con algunas de las obras hídricas tantas veces anunciadas.
En diálogo con iProfesional, Leonardo Sarquís, ministro de Agroindustria bonaerense, sostuvo que “la incidencia de todos los proyectos que no se cumplieron es clave para entender cómo es que continúan ocurriendo este tipo de inundaciones siempre en la misma zona de la provincia”.
“Si bien es cierto que se dioun fenómeno atípico, como es una lluvia de 280 milímetros o más y por varios días, el hecho de no tener infraestructura para hacer circular el agua directamente originó el anegamiento de pueblos y zonas productivas“, dijo.
Sarquís definió como “arriesgado” estimar cuánto de la producción agropecuaria ya se perdió por efecto de las inundaciones. Pero no dudó a la hora de incluir a la ganadería entre las actividades también gravemente dañadas.
Para el funcionario, de haber contado con las obras comprometidas por las gobernaciones anteriores “se habría podido disminuir hasta en un 35% los efectos de esta inundación“.
Atento a la posibilidad de que las lluvias vuelvan a mostrar este volumen en las próximas campañas, Sarquís anticipó a iProfesional que la Provincia licitará proyectos de infraestructura por $800 millones a partir de noviembre sólo para el oeste bonaerense.
“Tenemos que anticiparnos y de ahí la idea de avanzar con obras pensadas a dos o tres años. Nos interesa aportar soluciones al problema hídrico que genera el río Quinto, que es el que más se hace sentir en la zona hoy inundada. La idea es que los primeros trabajos en esa dirección comiencen a cumplirse a partir del primer semestre del año próximo“, concluyó.
Está claro que esos planes traerán, en el mejor de los casos, una solución a mediano plazo. Hoy, en cambio el panorama es el de siempre: campos inundados, personas evacuadas y productores lamentando pérdidas millonarias.