Un día después de que el Senado diera media sanción a la creación del impuesto del 10% a las exportaciones de soja, el presidente Horacio Cartes fue categórico al señalar que "tenga el costo que tenga, no le es permitido a ningún país que quiera ser competitivo gravar la exportación" y aseguró que "me iré a mi casa antes" de que se ponga en marcha este tipo de impuestos.
El proyecto había sido presentado en la Cámara Alta por la bancada del Frente Guasú, del ex presidente Fernando Lugo y planteaba la retención del 15% a todos los granos, pero fue modificado para que sólo sea para la soja con una rebaja del 5%.
Pero inmediatamente referentes del sector productivo rechazaron la medida y recurrieron a medidas de fuerza como tractorazos en varios puntos del país y protestas de camioneros.
El viceministro de Ganadería, Marcos Medina, además ya había anunciado que el Gobierno no iba a validar la propuesta del Congreso al asegurar que "estamos en contra de cualquier impuesto que pueda desvirtuar nuestra competitividad".
Desde la Asociación Rural del Paraguay, en tanto señalaron que la aprobación del Senado "está traída de los pelos" y que exhortaron a ser "más responsables y no hacer pactos políticos sobre situaciones económicas" porque detrás de la soja "hay toda una cadena productiva".
Es la segunda vez que se presenta una iniciativa de este tipo durante el gobierno de Horacio Cartes. Lo curioso es que la creación de las retenciones a los granos fue una promesa de campaña que se convirtió en proyecto de ley a pocos días de haber asumido la presidencia y que fue aprobada por el Congreso. La ley fue entonces vetada por el propio Cartes.
Con la llegada del ex mandatario Fernando Lugo a la presidencia del Senado, fruto del acuerdo con el bloque oficialista, tomó nuevo impulso la iniciativa, que nuevamente encuentra la oposición del titular del Ejecutivo.