El presidente Michel Temer, enfrentando un escándalo por corrupción que está manchando al lucrativo sector cárnico de Brasil, se reunió el domingo con ejecutivos y diplomáticos extranjeros para disipar temores sanitarios que ensombrecen a una industria que exporta por 12.000 millones de dólares al año.
Las reuniones convocadas de urgencia, tras los registros del viernes por una investigación acerca de si las compañías pagaron sobornos para que los reguladores pasaran por alto prácticas antihigiénicas en procesadoras de carne, son parte de los intentos de Temer por proteger uno de los pocos sectores pujantes en la mayor economía de Latinoamérica.
Ante las preocupaciones de funcionarios de Europa y de otros grandes países, Temer busca mostrar que los registros fueron intentos aislados, aunque necesarios, contra la corrupción mientras intenta disipar temores de que revelan fallos sistemáticos en el mayor exportador mundial de carne vacuna.
El Gobierno brasileño "reitera su confianza en la calidad de un producto nacional que ha conquistado consumidores y obtuvo la aprobación de los mercados más rigurosos", dijo Temer.
Pese a acusaciones de la policía de que algunos productores vendieron productos cárnicos y adulterados, Luis Eduardo Rangel, un alto responsable del Ministerio de Agricultura que participó de las reuniones, dijo que "no existe riesgo sanitario".
Las acusaciones, agregó, son "preocupantes desde un punto de vista de corrupción y delito", pero "desde una perspectiva sanitaria estamos muy confiados de que estos temas no representan un riesgo para los consumidores o las exportaciones".
Diplomáticos de Europa, Estados Unidos, China y otros mercados extranjeros asistieron a las reuniones del domingo. "Uno no puede estar jugando con los alimentos", dijo André Regli, embajador de Suiza en Brasil, agregando que los problemas eran "preocupantes".
Una portavoz del Ministerio de Sanidad español dijo que no había ninguna alerta por carne contaminada procedente de Brasil, pero que se iban a intensificar las medidas de vigilancia de productos cárnicos procedentes de este país tras el escándalo.