En el marco del encuentro oficial del presidente Mauricio Macri y el primer ministro del Japón, Shinzo Abe, empresarios de ambos países acordaron avanzar con negocios en materia de alimentos, transporte e infraestructura por medio de la firma de tres memorandos de entendimiento.
Durante un foro de negocios con ejecutivos de las más importantes firmas japonesas, la compañía de granos Vicentín se llevó el compromiso de los directivos del conglomerado Mitsui & Co. para colocar en el mercado asiático 400.000 toneladas anuales de harina soja hasta 2019, por un monto calculado en u$s 700 millones.
En el mismo acto, la japonesa Marubeni selló con la Administradora de Infraestructura Ferroviaria (Adifse) un contrato para suministrar frenos automáticos y sistemas de señalizaciones para toda la red ferroviaria del área metropolitana de Buenos Aires, a cambio de u$s 63 millones.
El tercer y último acuerdo fue suscripto por la automotriz Mitsubishi y Socma Americana, compañía vinculada a la familia del Presidente y representada en el evento por Roberto Leonardo Maffioli. La automotriz japonesa y el holding argentino evitaron mencionar cifras sobre el acuerdo y apenas informaron que avanzarán en "una amplia gama de acuerdos para el desarrollo de negocios".
Antes de los acuerdos entre privados, el Presidente había manifestado su deseo de que los convenios entre naciones funcionaran como "puertas que se abren" para que la fuerza empresarial, emprendedora e innovadora de los empresarios genere "oportunidades de progreso para ambas comunidades". En ese marco, Abe elogió la "firmeza" del Presidente para promover "políticas económicas libres y abiertas", y destacó que las empresas japonesas "tienen mucho interés" en continuar avanzando en negocios con sus pares de la Argentina.
Desde el Gobierno calcularon que las inversiones japonesas podrían pasar de los u$s 100 millones actuales a u$s 2000 o incluso u$s 3000 millones hacia 2019. Sin embargo, los representantes comerciales del Japón aseguraron a El Cronista que antes se requieren mejores condiciones para anclar inversiones.
En la actualidad hay 74 empresas japonesas radicadas en el país, un 37% menos de las que había en 2010. Para recuperar presencia, la comunidad nipona transmitió a sus funcionarios comerciales la necesidad de blindar con mayor seguridad jurídica las inversiones, eliminar la doble tributación que actualmente coarta oportunidades de negocios y obtener mayor flexibilidad en la legislación laboral.
En paralelo con la actividad privada, los mandatarios acordaron establecer un mecanismo reforzado de consultas políticas entre los ministerios de Relaciones Exteriores y dos convenios para incentivar acciones conjuntas entre la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, liderada por Juan Procaccini, con la Corporación Japonesa de Inversiones en Infraestructura (JOIN) y la Organización Japonesa para el Comercio Exterior (Jetro). Precisamente, esta entidad anunció ayer que reabrirá su oficina en Buenos Aires, y conformará una plataforma desde la que impulsará proyectos de infraestructura y energía, además de enviar misiones comerciales para los sectores autopartistas y de servicios de alimentación. Con todo esto, para el Presidente, que ofreció un almuerzo en honor de su par japonés, ahora "nace una nueva e importante etapa entre Argentina y Japón".
Por la tarde, mientras los empresarios evaluaban oportunidades de negocios, el primer ministro japonés daba instrucciones desde Buenos Aires para reducir los daños que provocó en su país el sismo de 6,9 grados en la escala de Richter.