El gobierno de Mauricio Macri avanza en la idea de postergar la rebaja de otro 5% en las retenciones de la soja en diciembre próximo, pese a que el Presidente había anunciado en diciembre último que se iba a reducir esa alícuota en cada año para mejorar la rentabilidad del campo. La postergación respondería a una necesidad fiscal y a una señal política para descomprimir tensiones con otros sectores castigados por el esfuerzo del ajuste.
"En medio de las audiencias públicas por la suba de la tarifa del gas, que serán mañana, comprendemos que mucha gente debe hacer un esfuerzo y el campo debe acompañar", señalaron a LANACION fuentes oficiales vinculadas con la medida, que todavía no está confirmada, pero sí en estado avanzado.
La reducción de otro 5% de las retenciones a la soja implicaría para el Estado un impacto fiscal de 16.000 de pesos, según estimaciones de entidades agropecuarias. La medida se analiza a nivel del Presidente y de ministros de Hacienda, Alfonso Prat Gay , y de Agroindustria, Ricardo Buryaile .
"Están pateando las retenciones que se debían reducir en diciembre para el año próximo", reveló a LANACION un ministro que en las últimas horas visitó la Casa Rosada.
El 14 de diciembre último, cuatro días después de asumir, Macri anunció la eliminación de las retenciones a cero para el maíz, el trigo, la carne y las economías regionales, mientras que redujo las de la soja del 35 al 30% y anticipó que éstas se disminuirían en 5 puntos cada año. En diciembre deberían pasar de 30 a 25%, algo que ahora parece postergarse para el año próximo.
Durante el Foro de Inversión y Negocios de la Argentina que se realiza en el Centro Cultural Kirchner (CCK), el jefe del Gabinete dijo el martes último que la postergación de la baja de retenciones a la soja "se está discutiendo y no hay nada decidido aún".
Fuentes del Gobierno admitieron que un grupo de productores autoconvocados se manifestaron en contra de posponer la rebaja de las retenciones a la soja, aunque confirmaron que otras entidades ruralistas transmitieron la predisposición del campo a aceptar una postergación en función de la situación fiscal, de los esfuerzos del ajuste en sectores menos favorecidos, y de la conflictividad política que podría desatar esa nueva rebaja.
"Si se hace es por una cuestión fiscal claramente, estamos encarando una reforma impositiva, bajando la inflación y la situación fiscal no es holgada, por lo cual tenemos que compensar el gasto que no pudimos recortar por freno de la Corte Suprema al aumento de tarifas domiciliarias del gas", aseguró un alto funcionario de la Casa Rosada.
El Gobierno quiere enviar también otras señales para lograr la reactivación del consumo con miras a las elecciones legislativas de 2017 sin producir un desmadre del gasto público para cumplir con la meta del déficit de 4,8% del PBI en 2016. En la Casa Rosada consideran que la meta se va a cumplir -pese al mayor gasto y el freno de ingresos- debido una fuerte subejecución registrada en 2016 en las demoras de los proyectos de obra pública.
Entre los pilares de ese plan en favor del consumo con miras a 2017 sobresalen el fuerte impulso a las obras públicas, el blanqueo de capitales y el pago de los aumentos a los jubilados, la recuperación del poder adquisitivo del salario vía baja de la inflación y una progresiva rebaja en la tasa de interés para reactivar la economía.
Además, Macri considera que el sector agropecuario ya comenzó a reactivarse tras la reducción y eliminación de retenciones y puede esperar al año próximo para seguir dándole incentivos, mientras espera que se efectivicen las inversiones prometidas por el sector privado.
