La cosecha de trigo en la provincia de Entre Ríos alcanzó 60 por ciento del total de la siembra, en tanto la soja 94 del área sembrada de maíz está entre muy buena y buena condición, y la implantación de soja de primera llegó a 90 por ciento de lo estimado, informó la Bolsa de Cereales de la provincia.
De las 298.000 hectáreas sembradas con trigo se cosechó el 60 por ciento, lo que implica hasta el momento un aumento de 27 por ciento comparado con la temporada pasada, cuando solo se había trillado 33 por ciento de las 267.100 hectáreas sembradas en 2016/17.
La Bolsa de Cereales sostuvo que el rendimiento promedio provincial se sitúa en 2.500 kilogramos por hectárea, 738 kilos por unidad de superficie menos que en el ciclo anterior.
Por otro lado, la Bolsa entrerriana comunicó que del área sembrada con maíz, el 94 por ciento cuenta con una condición evaluada de buena a muy buena y el 6 por ciento restante fue calificado como regular.
Durante noviembre el cultivo "no tuvo cambios significativos en su condición" explicó la entidad, que destacó que "la mayor parte del área sembrada se encuentra próxima o dentro del período crítico, más o menos a 15 días de la floración".
Asimismo, las altas temperaturas durante la segunda quincena de noviembre, las escasas precipitaciones y el aumento de la evapotranspiración redujeron la humedad hídrica en el perfil del suelo, generando sectores desde reservas regulares y hasta con sequía, desfavorable para el maíz.
La siembra de soja de primera "continuó a ritmo estable a excepción de la zona este" de Entre Ríos, donde "la falta de humedad en la cama de siembra paralizó las labores".
Aún así se determinó que la siembra se sitúa en 90 por ciento de lo estimado para la temporada.
Los lotes sembrados en los últimos días "quedan sujetos a la ocurrencia de lluvias que permitan una adecuada emergencia y no se deba proceder a la resiembra", señaló el informe.
La Bolsa puntualizó que existen "atrasos en la aplicación de herbicidas debido a la persistencia de días con viento" por lo que estimó que "es probable que se logre una menor eficiencia en el control de las malezas".
El organismo mencionó que la fenología del arroz va desde lotes sembrados recientemente a sitios iniciando el riego definitivo, donde las precipitaciones generaron rajaduras en el piso y la falta de uniformidad en los lotes, con plantas emergidas pero sin germinar.
En las siembras tardías los productores "necesitaron riegos para estimular la emergencia, favorecer la uniformidad de los nacimientos y favorecer el accionar de los herbicidas", mientras que en los lotes en macollaje "están inundados" y algunos con "refertilización nitrogenada".
