Agricultura

El INTA demostró que con agricultura de precisión y cultivo de cobertura se puede ahorrar

Frente a un controvertido futuro de la producción en el sector agropecuario, las nuevas tecnologías en conjunto con las Buenas Prácticas Agrícolas permiten vislumbrar alternativas de manejo eficaces con el foco puesto en la sustentabilidad ambiental. E n este marco, a nivel global ya se evalúan estrategias que...

Frente a un controvertido futuro de la producción en el sector agropecuario, las nuevas tecnologías en conjunto con las Buenas Prácticas Agrícolas permiten vislumbrar alternativas de manejo eficaces con el foco puesto en la sustentabilidad ambiental. E

n este marco, a nivel global ya se evalúan estrategias que permiten producir, por ejemplo, usando cada vez menos herbicidas y con la posibilidad de llegar en un futuro a prescindir totalmente de ellos. La robotización y la inteligencia artificial aplicados al agro son resultados de esa tendencia mundial.

Actualmente, las tecnologías de aplicación selectiva ya son innovaciones adoptadas en el campo argentino, con buenos resultados en su desempeño pero todavía con mucho por aprender en cuanto al desarrollo de estrategias que permitan su adopción en todas las regiones y el aprovechamiento de su máximo potencial.

Experiencias locales del manejo integral para el control de malezas
Con el objetivo de diseñar una estrategia integral de control de malezas problemáticas con bajo uso de agroquímicos, los técnicos Diego Ustarroz, Juan Pablo Vélez y Diego Villarroel del INTA Manfredi llevaron a cabo un ensayo que integra el cultivo de cobertura y tecnologías de vanguardia de sensoramiento para la aplicación selectiva de malezas, en este caso con un equipo WeedIt -provisto por la empresa Geosistemas-.

Juan Pablo Vélez, especialista del INTA Manfredi en agricultura de precisión, explicó que diagramaron “un ensayo de tres repeticiones con dos escenarios, uno sobre rastrojo de soja y otro con triticale desecado empleado como cultivo de cobertura”. Y agregó: “En ambos casos la principal maleza era yuyo colorado de diferentes niveles de desarrollo, sobre el cual se realizó la aplicación selectiva con una previa tarea de individualización de los ejemplares mediante marcas que posibilitaron el seguimiento y posterior determinación del nivel de control”.

Por su parte, Diego Ustarroz -experto en malezas del INTA Manfredi-, contó que los dos escenarios planteados “fueron separados en parcelas trabajadas con diferentes tratamientos para comparar y evaluar la efectividad del control planteado”.

De esta manera quedaron cuatro sitios cada uno con una estrategia de manejo específica: en una se realizó control selectivo de malezas sobre el rastrojo de soja, en otra se hizo aplicación selectiva sobre cultivo de cobertura, en una tercera parcela con triticale -empleado como cultivo de cobertura- no se realizó ninguna aplicación y, por último, se dejó un lote testigo de barbecho sin ningún tipo de tratamiento como el peor de los escenarios.
Respecto a los resultados obtenidos, Vélez manifestó: “en la aplicación selectiva realizada sobre la parcela de triticale como cultivo de cobertura se obtuvo un ahorro de herbicida del 60% y un control efectivo de maleza -en este caso yuyo colorado- que alcanzó el 80%”. “Este ahorro es aún mayor si se considera que con el cultivo de cobertura nos ahorramos hasta dos aplicaciones durante su ciclo”, valoró el especialista.

El informe de los especialistas anticipa resultados del ensayo que presentarán como parte del contenido técnico del Curso Internacional de Agricultura y Ganadería de Precisión los días 19 y 20 de septiembre en Manfredi, Córdoba. En ese marco, los técnicos mostrarán los detalles y resultados del planteo con manejo integrado de malezas a través de sistemas tradicionales y tecnologías de agricultura de precisión.

El cultivo de cobertura fue un aliado de la agricultura de precisión
De acuerdo con Ustarroz, la estrategia empleada en este ensayo con una correcta rotación que incluyó el triticale como cultivo de servicio “resulta interesante porque permitiría ahorrar hasta dos aplicaciones de herbicidas y además deja el lote en condiciones óptimas -con baja infestación de malezas-, para que esta tecnología de aplicación selectiva manifieste su máximo potencial medido con el control efectivo y el ahorro de insumos”.
Estas ventajas se suman a los beneficios que aporta el cultivo de triticale al suelo, a la eficiencia de uso del agua y lo netamente productivo, esto último en el caso de que no sea necesario cortar con ciclo para la siembra del cultivo siguiente.