Pasan los días y los mapas de reserva hídrica se tiñen cada vez más de rojo. Ya no se habla de pérdida de rinde, sino directamente de pérdida de área sembrada. Los cultivos que aportarán a esta categoría de área no cosechada son los lotes sembrados en diciembre, tanto la soja de segunda como el maíz de segunda/tardío.
Febrero, mes donde se definen los rindes de las fechas tardías, fue fatídico en cuanto a lluvias. En la provincia de Santa Fe llovió en promedio 20 mm. Marzo, hasta el momento no revirtió el panorama seco y la situación actual de las reservas del suelo es peor que en las últimas dos sequias (2008/09-2011/12). Como muestra el grafico de evolución de reservas hídricas de 0 a 1,6 m de profundidad, el año 2018 comenzó con una menor carga de agua en el suelo (300-340 mm) respecto a los promedios históricos (375 mm).
Sin embargo, los pronósticos a 15 días señalan importantes precipitaciones del orden de los 60 a 100 mm. Estas lluvias llegan tarde para revertir el daño, pueden mejorar el peso de grano de algunas sojas de segunda pero no habrá incremento significativo en el rinde. Por otro lado, aportan alivio al suelo, cuyo perfil está totalmente seco y necesita recuperarse para la nueva campaña.
Aumentando el desánimo del sector productivo, en la semana el empalme de cosechas presionó a la baja las cotizaciones de la soja aunque las necesidades del sector exportador permitieron que el maíz sortease el escollo y mantenga su tendencia alcista.
Respecto a la oleaginosa, si bien formalmente la nueva campaña comercial 2017/18 de soja en Argentina inicia el próximo 1ro de abril, las cosechadoras tímidamente comienzan a avanzar sobre los campos y el Mercado Físico de Rosario se acomoda al empalme de cosechas, en tanto que la evolución de los precios en Chicago sumó argumento a la baja.
El acople de precios negociados fue evidente en MatBA, donde los futuros más cercanos y el contrato para entrega mayo ajustaron el jueves a US$ 302/t y US$ 302,5/t cayendo un 3% y un 2% en la semana, respectivamente. Hace apenas diez días, la brecha entre ambos contratos era de casi US$ 10/tonelada.
Hacia adelante, esta retracción se limita a una baja estacional asociada a la cosecha ya que si bien el precio del futuro noviembre ajustó la semana a US$ 316,5/t, un 2% menos que el jueves anterior, la tasa implícita del contrato se ubica en torno al 30% en pesos, un nivel muy superior a la inflación esperada para los próximos 8 meses, refiriendo la rentabilidad potencial de la posición.
En el segmento disponible del mercado rosarino, la referencia de la Pizarra rosarina cayó a $ 6.100/t para las operaciones del día jueves, un -3% por debajo de la semana anterior. En el Mercado de Chicago, en tanto, el futuro más cercano cayó en la semana un -0,5% a US$ 387 presionado por la tónica bajista del Informe mensual de estimaciones de oferta y demanda (WASDE) del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA), que terminó con la brecha alcista del poroto en las últimas semanas.
En este último, el organismo aumentó la previsión de stocks estadounidenses ante menores exportaciones, dejando como saldo un stock final para la campaña norteamericana 2017/18 de 15,1 millones de toneladas, por encima de los 14,5 que en promedio esperaban los operadores. La caída, sin embargo, se vio limitada por el agresivo recorte de 7 millones de toneladas a la proyección de producción argentina, que quedó en 47 millones de toneladas. Para Brasil, el output estimado en 113 millones de toneladas queda un millón arriba del mes pasado pero resulta inferior a lo que descontaba el mercado.
A contramano de la soja, los precios del maíz en el mercado local se mantuvieron firmes ante la necesidad del sector exportador de cumplir con un álgido programa de embarques. La referencia de la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario quedó al día jueves en $ 3.620/t, un 3% por encima de la semana anterior. Sólo en lo que resta del mes de marzo, los compromisos de embarques de las terminales portuarias del Gran Rosario superan el millón de toneladas, un 25% por encima de lo programado a la misma altura del año anterior.
Con perspectivas de producción que se ajustan semana a semana y una demanda que se mantiene firme, las ofertas diferidas por el cereal repitieron el patrón alcista. El futuro más cercano de maíz negociado en MatBA cerró la semana a US$ 180/t, un 4% por encima del jueves pasado. El contrato con vencimiento en julio, asociado al sufrido cultivo de segunda, empardó posiciones al cerrar el jueves a US$ 179,6/t. Así, la brecha que arrancó enero a casi 6 dólares la tonelada hoy no llega a los 50 centavos de dólar. Queda claro que las perspectivas del mercado han cambiado para el cereal tardío.