El stock de trigo que se trasladaría a la próxima campaña comercial es ajustado. La demanda se ha mantenido muy activa en el actual ciclo 2017/2018, dejando como resultado un bajo volumen de mercadería disponible para hacer frente al período de empalme que se está transitando, hasta que las cosechadoras vuelvan nuevamente a ponerse en marcha en el mes de noviembre.
La buena noticia es que las señales de precios favorables y las buenas perspectivas de exportación en un contexto de escasez global incentivaron a los productores a ampliar fuertemente el área sembrada con este cereal. Se estima que la cobertura del cereal habría alcanzado los 6,32 millones de hectáreas, un 14% por encima del ciclo anterior y un 35% superior al promedio de las últimas cinco campañas. Con un rinde tendencial a nivel país de 34,4 quintales por hectárea, la producción de trigo 2018/2019 se ubicaría en el histórico registro de 21 millones de toneladas.
En base a estos datos, la proyección de ingreso de trigo argentino a las plantas ubicadas en el Gran Rosario muestra que en lo que resta del mes de septiembre y octubre (previos al ingreso de la nueva cosecha) la llegada de camiones para descargar trigo en los puertos de nuestra región se mantendría en niveles modestos. Estimativamente, sólo ingresarían 547 mil toneladas de cereal entre ambos meses, distribuidas prácticamente en partes iguales, tal como muestra el gráfico adjunto.
Por otro lado, a partir de noviembre la nueva cosecha ocasionaría un salto notable en el volumen de cargas transportadas, si el clima acompaña. Se espera que entre noviembre de 2018 y febrero de 2019 ingresen en las terminales portuarias del Up-River 6,5 millones de toneladas de trigo. El pico se alcanzaría en diciembre, con un arribo mensual de mercadería de 1,9 MT, seguido muy de cerca por el mes de enero, en el cual se trasladarían 1,8 MT. A partir de marzo, y a medida que la cosecha se vaya alejando en el tiempo, el transporte de trigo comenzaría a sufrir una merma estacional, al punto que entre los meses de marzo de 2019 y octubre de 2019, entrarían a los puertos aledaños 3,15 millones de toneladas del cereal.
Cabe destacar que de los tres principales granos que arriban al Gran Rosario (trigo, maíz y soja) es el trigo el que presenta un comportamiento estacional más marcado, con un notable pico de descarga coincidente con la cosecha. Para este último, en el mes típico de cosecha (diciembre) las entregas a puerto alcanzan casi el 20% de las descargas anuales de mercadería, en tanto que en el caso de la soja las entregas en mayo representan un 13% de las descargas anuales. Maíz, en cambio, registra dos picos estacionales en marzo y agosto, asociados a la cosecha del maíz temprano y tardío o de segunda, respectivamente, en ambos casos con un indicador estacional en torno al 14% (aunque en los últimos años el segundo pico siempre supera al primero). Esta dinámica en los patrones de transporte se ilustra en el siguiente gráfico.
En conclusión, si el clima ayuda a que se concrete el sueño de la revancha del trigo, luego de un dificultoso empalme de cosechas, sería esperable una gran actividad de ingreso de vehículos en las terminales portuarias de nuestra región entre los meses de noviembre 2018 y febrero de 2019. En particular, el programa de descarga de diciembre estaría indicando el volumen de arribo de camiones más alto desde la campaña 2007/08, 11 años atrás.
Las cartas de los productores están echadas, el porvenir quedará sujeto a los designios del tiempo, que debería traer precipitaciones cuanto antes para llenar las reservas de agua de los suelos, máxime teniendo en cuenta que en octubre esta gramínea entra en su período crítico de definición de rendimientos.