Conocida por mejorar las condiciones físicas y biológicas del suelo, favorecer el balance de agua y mejorar los niveles de fertilidad, la vicia villosa aparece como un buen aliado de los cultivos frente a la intensificación agrícola. En este sentido, y luego de diez años de trabajo en mejoramiento y selección, investigadores del INTA Hilario Ascasubi –Buenos Aires– presentaron la variedad Ascasubi INTA, que se destaca por la resistencia a frío, tolerancia a la sequía y elevada producción de biomasa.
Juan Pablo Renzi Pugni, especialista en mejoramiento de especies forrajeras de esa unidad del INTA, destacó la importancia de la obtención de este nuevo cultivar: “Recuperar la disponibilidad de semillas legales y la identidad varietal de los cultivares usados en nuestro país es fundamental, debido a que, de esta forma, es posible asegurar buenos resultados”.
Los antecedentes nacionales sobre mejoramiento genético de vicia villosa para forraje o cultivos de cobertura, son escasos. De hecho, según registros del Instituto Nacional de Semillas (INASE) el último cultivar (Alborada INTA) fue inscripto en 1981. “Esto derivó en una pérdida gradual de la disponibilidad de semilla legal de vicia y la mayoría de los cultivares introducidos, mejorados y difundidos por el INTA se perdieron”, analizó Renzi.
En los últimos años, la intensificación agrícola impulsó la incorporación de cultivos como las vicias en las rotaciones. Entre otras explicaciones, este resurgimiento se debe a la capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico, mejorar las condiciones físicas y biológicas del suelo, reducir los riesgos de erosión, favorecer el balance de agua e incrementar la presencia de enemigos naturales de las plagas.
“Las vicias constituyen una opción para la diversificación agrícola, son altamente recomendables para incluir en las rotaciones de zonas con alta productividad y en ambientes semiáridos”, aseguró el especialista del INTA.
Asimismo, la escasa rotación de cultivos y la alta dependencia al uso de herbicidas derivó en malezas de difícil control. “La incorporación de vicia villosa, como cultivo de cobertura, limita la germinación de semillas, por su efecto sobre la radiación y la temperatura del suelo, lo que influye en la dinámica de la población de malezas y puede colaborar con la disminución del uso de herbicidas durante el barbecho y ciclo del cultivo principal”, advirtió Renzi.
En este sentido, y luego de luego de diez años de trabajo en mejoramiento y selección, investigadores del INTA Hilario Ascasubi –Buenos Aires– inscribieron en el INASE la variedad Ascasubi INTA.
“Se trata de un cultivar que se destaca por la resistencia a frío, tolerancia a la sequía y elevada producción de biomasa”, señaló Renzi Pugni y agregó: “Posee una alta uniformidad de floración y maduración, lo que le aporta gran adaptación para la cosecha directa de semilla”.
En cuanto al aporte de nitrógeno, Ascasubi INTA mostró una producción promedio de 38 kilos por hectárea por cada tonelada de materia seca acumulada durante la floración. “En el caso del uso de vicia como cultivo de cobertura, el nitrógeno será liberado durante el ciclo del cultivo comercial, cubriendo parte de sus requerimientos”, explicó Renzi quien destacó: “Este aporte no es menor si se considera el precio de los fertilizantes de síntesis petroquímica”.
De acuerdo con Renzi Pugni, “Ascasubi INTA se adapta al uso forrajero en ambientes semiáridos y se puede incorporar como cultivo de cobertura en rotaciones con maíz o soja, en regiones subhúmedas y húmedas”.
Por sus múltiples usos y características, “esperamos que Ascasubi INTA logre una amplia y rápida adopción como componente estratégico para mejorar las condiciones de la agricultura nacional”, expresó el investigador del INTA.
En la actualidad, la nueva variedad se encuentra en proceso de multiplicación de semillas para que estén disponibles en el mercado antes de la próxima campaña.