Las estaciones astronómicas se producen porque la Tierra se traslada alrededor del Sol en una órbita prácticamente circular con su eje de rotación inclinado 66°,5 respecto al plano de la órbita de forma constante, lo que produce distintas iluminaciones de los hemisferios Norte y Sur durante el año.
El Sol sale exactamente por el punto cardinal Este y se pone exactamente por el punto cardinal Oeste, de manera que está sobre el horizonte el mismo tiempo que está debajo de él -de ahí el significado de “equinoccio=igual noche”.
El equinoccio se define como el momento en que el Sol, a lo largo de su movimiento aparente anual, atraviesa el plano del ecuador celeste. Esto sucede dos veces al año: 20 o 21 marzo, equinoccio de otoño en el sur y el 23 de septiembre, equinoccio de primavera En estas dos fechas, la duración del día es igual al de la noche para todos los lugares de la Tierra.
La situación equinoccial sería perpetua si el plano de la órbita terrestre coincidiera con el del Ecuador; sin embargo, como es conocido, hay un desfase varirable que llega hasta el máximo de 23º 27′. El Equinoccio de primavera también es conocido como “primer punto de Aries”, y el de otoño “primer punto de Libra” .
Estas designaciones de deben a que hace unos 2.000 años, los equinoccios marcaban el inicio de dichas constelaciones. Sin embargo, actualmente el equinoccio vernal ocurre en la constelación de Piscis, debido a la precesión de los equinoccios (un ciclo de 26.000 años que resulta en el movimiento gradual de los equinoccios hacia el occidente).
El equinoccio
Este lunes, exactamente a las 7:29 de la mañana (hora argentina), el Sol cruzará el ecuador celeste e ingresará al hemisferio norte dando inicio al otoño en el hemisferio Sur lo que provocará que el día y la noche tengan las mismas 12 horas de duración en toda la Tierra.
El otoño debe su nombre a Atum-Ra, un dios egipcio que simboliza el sol oculto por la tierra, tanto en un periodo del año como en un momento del día.
Es la estación de recoger lo sembrado en el verano, por ejemplo el maíz y el girasol. Se usa por eso para representar la madurez. La sucesión de las estaciones se debe a la inclinación del eje de giro de la Tierra respecto al plano de su órbita respecto al Sol.
Este eje se halla siempre orientado en la misma dirección y por tanto los hemisferios norte y sur son iluminados desigualmente por el sol según la época del año. Reciben distinta cantidad de luz solar debido a la duración del día y con distinta intensidad según la inclinación del Sol sobre el horizonte (ya que la luz debe atravesar más o menos la atmósfera).
Si el eje de la Tierra no estuviese inclinado respecto a la eclíptica, el Sol se hallaría todo el año sobre el ecuador; y describiría todos los días la misma trayectoria en el cielo, alcanzando siempre la misma altura máxima sobre el horizonte.
Este cambio de estación se trata de un fenómeno astronómico llamado equinoccio debido a que en todo el planeta el día y la noche tendrán el mismo tiempo de duración y se produce cuando el Sol se sitúa en el plano del ecuador terrestre.
Sobre el otoño
La estación otoñal se caracteriza porque las hojas caen de los árboles debido a que éstos, como estrategia para compensar la menor energía del Sol que reciben, empiezan a desprender sus follajes.
El otoño es una época de transición, de descanso relativo, pero sobre todo de tranquilidad en la que la naturaleza nos aporta colores llamativos e inolvidables que han suscitado la inspiración de los poetas, como este ejemplo de Juan Ramón Jiménez.
Otoño
Estaba echado yo en la tierra, enfrente
el infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.
Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente
Pensé en arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno,
a ver si con partirlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.