El estudio semanal que elaboran el Ministerio de la Producción provincial y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, en la semana que pasó hubo lluvias en casi todo el centro-norte de la provincia, aunque con valores disímiles que fueron desde 1 y 10 milímetros en Vera, hasta entre 10 y 60 milímetros en el departamento San Martín.
Ante esa disparidad, los cultivares de soja mostraron un estado de bueno a muy bueno en el 85% de los lotes y de bueno a regular en el 15% restante, "como consecuencia del estrés hídrico y térmico sufrido, acentuado día tras día, por ausencia de precipitaciones".
Sin embargo, el informe señala luego que "ante las irregulares lluvias ocurridas, el seguimiento y la evaluación de los cultivares sería la actividad a llevar a cabo, monitoreando la reacción de las plantas ante las mismas, en la zona del centro norte del área de estudio".
El estado sanitario continuó siendo bueno, sin inconvenientes, favorecido por las condiciones ambientales, con muy baja presión de presencia de plagas, como oruga medidora, bolillera y chinches.
En cuanto al girasol, se avanzó en el proceso de cosecha hasta alcanzar un 90% de la superficie sembrada, aunque los productores tuvieron dificultades por la falta de disponibilidad de camiones ante un conflicto sectorial.
Los rendimientos se mantuvieron "muy firmes" respecto de semanas anteriores, con niveles de entre 22 y 24 quintales por hectárea en promedio, con mínimos de entre 12 y 14 quintales y máximos de entre 26 y 28 quintales por hectárea.
Uno de los cultivos que sufrió en mayor medida la falta de lluvias de semanas anteriores fue el maíz, afectado en su estado fenológico de floración y fructificación, lo que trajo consecuencias en la disminución del potencial de rendimiento promedio en un 16 a 18%.
La trilla avanzó lentamente en los departamentos del centro norte del área, proceso que ante las condiciones climáticas que se registraron (altas temperaturas y período seco), favorecerían la pérdida de humedad del grano, logrando una óptima madurez fisiológica.
No hubo variaciones en los rendimientos promedios obtenidos en la semana, similares a los del comienzo de la trilla, es decir de entre 25 a 40 quintales por hectárea, aunque los valores fueron aumentado a medida que avanzó la recolección, obteniéndose rindes de entre 35 a 50 quintales.
Esta semana se llegó al final del proceso de siembra del sorgo, con una superficie sembrada de 61.400 hectáreas, sobre una estimación de intención de siembra de 62.000.
La disminución fue consecuencia de las condiciones ambientales"muy desfavorables" en las últimas semanas, principalmente en la disponibilidad de agua útil en la cama de siembra.
El informe consigna que se llegó al final de la siembra del maíz tardío o de segunda, con una superficie de aproximadamente 95.700 hectáreas sobre una estimación inicial de 100.000 hectáreas.
De acuerdo con las diferentes áreas donde fue sembrado y las condiciones de disponibilidad de agua útil, fue el cultivo con mayor impacto por déficit hídrico, consecuencia de ausencia de precipitaciones y de las altas temperaturas que se produjeron.
El enrrollamiento de hojas, cambios de coloración, amarillamiento de hojas inferiores, con bajo desarrollo en altura, estructura y uniformidad de plantas y ataques de orugas cogolleras, fueron las características observadas y por ello a la fecha, un 40 a 45% de los cultivares presentó estado regular, mientras que el porcentaje restante se encuentra en estado bueno y con bajas consecuencias.