Este simposio, representa un espacio necesario para intercambiar conocimientos y determinar como las tecnologías se integran para obtener mejores rendimientos y mayor calidad en los granos.
Durante la apertura, Fabian Quiroga Director de Marketing para Latinoamérica Sur explicó: “El principio que promovemos es el de valor compartido, donde todos los integrantes de la cadena se beneficien co-creando valor, generando confianza y aumentando la comunicación. El enfoque de Syngenta es proveer materiales e insumos de calidad a toda la cadena. La calidad es uno de los principales elementos en todas las variedades de cereales, y el objetivo de la cartera de productos es agregar valor a su producción. La calidad empieza con la elección de la variedad, para luego seguir con un protocolo que contemple la protección de todo el ciclo del cultivo”.
Mayores rendimientos con mayor calidad ¿Es posible?
La primera charla técnica estuvo a cargo del Dr. Daniel Miralles de FAUBA quien destacó: “el planteo fundamental es ver si podemos combinar calidad con rendimiento y, para eso, debemos saber que es calidad para un molinero, un exportador o un mercado de destino, ya sea Brasil o Europa, por lo que el concepto de calidad varía y es muy amplio”.
Y agregó:”Lo primero a definir es la variedad para alcanzar esta calidad y luego el manejo de la fertilización. Uno de los parámetros de calidad es la proteína, pero por si sola no alcanza. En Argentina hay tres grupos de clasificación según la calidad (grupos 1, 2 y 3) donde los materiales varían su ubicación según su comportamiento en los ensayos comparativos. Los materiales de grupo uno, en general, presentan la mejor calidad industrial, pero los de grupos dos y tres aumentan sensiblemente el potencial de rendimiento, alcanzando valores superiores a los 7000 kg /ha, por lo que se observa que los materiales de menor calidad son los de mayor potencial de rinde”.
Además, Miralles destacó que “la decisión de ir a un grupo de alta calidad que pague un sobreprecio por contenido de proteína es económica, y debe tenerse en cuenta también el impacto en el flete, que es favorable al implantar materiales de grupo uno”
Por último aseguró: “con respecto a la fertilización –según el rinde esperado- se debe medir el nitrógeno de suelo para determinar los kilogramos a aplicar de fertilizante, teniendo en cuenta la eficiencia en la absorción de nitrógeno. Si el año es bueno y el rinde esperado aumenta, debería aumentarse la fertilización para alcanzar los niveles de proteínas deseados, aunque debe tenerse en cuenta que si aplico nitrógeno pero hay deficiencia de otros nutrientes, se pierde eficiencia de absorción y por ende baja el rendimiento” concluyó.
Nuevas oportunidades para los cereales:
En los últimos años, Argentina recuperó mercados y así logró volver a posicionarse como uno de los diez primeros exportadores mundiales. En ese sentido el Ing. Agr. Miguel Cané de Argentrigo, dijo: “nuestro objetivo es impulsar el desarrollo del mercado identificando las necesidades de la demanda. La superficie sembrada en Argentina mostró una recuperación en la campaña 2016/2017, con un aumento en la superficie del 34%, y se observó un aumento de los planteos de mediana y alta tecnología aplicada. La producción fue de 16,3 millones de toneladas lo que representa un aumento del 62% respecto a la campaña anterior. El producto bruto del trigo aumentó en la última campaña en 1700 millones de dólares, lo que provocó un incremento en la demanda de insumos, maquinaria y toda la cadena asociada”.
Como parte de la cadena productiva, representantes de Bimbo Argentina, Molinos Río de la Plata, Compañía Molinera del Sur, Cargill, Agraria y AB In Bev presentaron sus propuestas de recibo y convenios de producción para los productores, y las condiciones de calidad requerida para la elaboración de sus productos. La calidad, la previsibilidad en el abastecimiento y la relación a largo plazo con los productores fueron los pilares principales destacados por todas las empresas.
Control de malezas y enfermedades:
Para referirse a la problemática de malezas el Ing. Agr. Ramón Gigón, explicó: “para los lotes con rama negra que no se sembraron, una buena opción es dejarla helarse o terminar su ciclo y manejar los nacimientos futuros”.
Respecto a las malezas resistentes Gigón dijo: “Rye grass y Avena fatua son los más problemáticas, seguidas por las crucíferas. El 90% de los nacimientos de avena fatua se dan entre septiembre y octubre; conviene eliminar la maleza a principio de septiembre. El control de Rye grass resistente se debe realizar con bajo tamaño de malezas. La recomendación es usar el herbicida Cerrillo y el graminicida Axial que controla eficazmente Avena fatua y Rye grass en trigo y cebada”..
Para conservar la sanidad inicial, los técnicos recomendaron utilizar Vibrance Integral como curasemillas, un producto que posee tres moléculas fungicidas y un insecticida.
En el panel sobre control de enfermedades foliares, la fitopatóloga Norma Formento del INTA Paraná analizó los factores reductores del rendimiento de los cultivos: “Hay una alerta acerca de la aparición de nuevas razas muy agresivas de roya amarilla, además de nuevas razas de roya negra o del tallo, y razas de roya ya conocidas extendidas a nuevos países. El 88% de las variedades son susceptibles, por lo que podría haber pérdidas muy importantes. Para controlar enfermedades foliares y razas de royas se recomendó el uso de Reflect Xtra formulado con carboxamidas. En el caso de ramularia en cebada la herramienta de mejor control son también las Reflect Xtra y Amistar Xtra controlan también mancha en red, escaldadura, royas de la hoja, roya del tallo y roya lineal”.