El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) difundió herramientas a través de una pieza audiovisual donde se destaca la importancia de la notificación de la influenza aviar y la aparición de signos clínicos compatibles específicamente en aves silvestres.
La Influenza aviar tipo A es una enfermedad contagiosa causada por un virus que afecta a las aves tanto de corral como silvestres. Se demostró que muchas especies aviares son susceptibles a la infección por este virus. Las aves acuáticas, específicamente, se consideran reservorio importante de estos.
Hasta la fecha, los virus de influenza A de alta patogenicidad de origen natural que producen una enfermedad clínica aguda en pollos, pavos y otras aves de importancia económica se han asociado solo a los subtipos H5 y H7.
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Los subtipos H5 y H7 de baja patogenicidad se presentan en aves de corral y aves silvestres acuáticas, y existe el riesgo de que se vuelvan altamente patógenos por mutaciones. Incluso algunas cepas del virus de la influenza aviar causaron infecciones zoonóticas esporádicas, principalmente de los subtipos H5, H7 y H9. En esos casos, la enfermedad se transmite a través de contacto con las secreciones y excreciones de los animales infectados y a través de materiales contaminados.
El material hace referencia a la importancia de la notificación de la enfermedad ante la aparición de signos clínicos compatibles, específicamente en aves silvestres. La detección precoz es fundamental dado que la influenza aviar, de declaración obligatoria, es una enfermedad que nunca estuvo presente en nuestro territorio, por lo que se la considera exótica.
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Síntomas de la Influenza aviar
Desde el organismo nacional, indicaron que es necesario que esté en conocimiento de la presencia de aves silvestres muertas o sospecha de enfermedad en aves que presenten los siguientes signos clínicos:
• Inapetencia
• Reducción de la ingesta de agua
• Depresión
• Síntomas nerviosos
• Plumas erizadas
• Fiebre
En aves silvestres los índices de mortalidad oscilan entre el 50% y el 100%. Una actuación inmediata del Senasa ante la aparición de signos clínicos minimiza las consecuencias y optimiza la intervención, a la vez que posibilita el control de estas enfermedades antes de que se establezcan y se diseminen.
