Exclusivo, Featured

Los fondos para la Ley de Emergencia tienen más de 10 años: si se actualizaran, serían de $8.000 millones

El vicepresidente de Coninagro, Norberto Niclis, recuerda cómo en la gestión anterior de Gobierno el fondo de Emergencia se usaba para atraer votos, y cuenta que ahora, encima de que tiene más de una década sin actualizarse, no se usa al 100%, en un contexto que lo demanda con urgencia.

Terminó la campaña y las economías regionales no fueron parte de ella. La última vez que se las mencionó, allá por julio, fue Alberto Fernández quien dijo que no deberían pagar retenciones. Ni siquiera se las volvió a poner en agenda después de agosto, cuando las primarias llevaron a una devaluación de casi 30% que dejó en jaque a muchas actividades y empeoró la situación de otras, que ya venían complicadas.

“Los candidatos le dan importancia a buscar la adhesión del campo pero no entraron en propuestas concretas para cada actividad de economías regionales”, dijo en diálogo con Radio Campo -por Radio Colonia- el vicepresidente de Coninagro, Norberto Niclis, que hizo hincapié en que “tienen otras prioridades”.

Para el dirigente de las cooperativas, “se habla mucho de que el agro es el motor de la economía como si fuese uniforme, pero detrás del motor hay mucha gente que vive en el campo y todos trabajamos ahí, dependiendo de los valores, la cosecha, el clima, y otras cosas”.

Dependen del clima, claro. Dependen de que los ayude con buenas condiciones, pero dependen luego del Estado si eso no pasa. Es que Niclis tomó como uno de los temas fundamentales el de la Ley de Emergencia, una de las herramientas usadas para las campañas en las que sufren sequías o inundaciones que impactan en la producción.

La Ley de Emergencia existe, sí. Pero el fondo con el que cuenta es de 500 millones de pesos, y fue fijado hace más de 10 años. Jamás se actualizó en la última década. De hacerlo, con la inflación y las devaluaciones de la moneda local, el número treparía a 8.000 millones de pesos, indicó Niclis.

En la gestión anterior, recuerda, se usaba “de forma indiscriminada para atraer votos”. Luego, en los últimos años, pasó al extremo de subejecutarse el presupuesto disponible. Es decir, encima de que es poco, ni siquiera se lo usa al 100%, y no es precisamente porque la situación sea buena para las actividades productivas.