El caso Vicentín quedó bajo la mirada atenta de muchos sectores después de que, el 4 de diciembre, la empresa entrara en cesación de pagos. Se trata del default más grande de la historia del mercado de cereales. Así lo explicaba quien sigue de cerca las novedades del asunto: Mariano Galíndez, periodista de Rosario que dialogó con Radiocampo -por Radio Colonia.
Es que Vicentín no es sólo una agroexportadora sino que es la principal productora y exportadora de harina de soja, el producto que más exporta la Argentina y por el que más dólares ingresan al país, además de una de las principales productoras de biodiesel, que figuraba -en el último registro- dentro del top 6 de exportadores de complejo oleaginoso.
“Su default es una bomba que estalla en medio del mercado agropecuario, cuya expansión llega a todos lados: a los que están más cerca con golpes más duros y a otros en menor medida”, dice Galíndez, que menciona entre los afectados a los acopios, las cooperativas, insumeras, los productores que entregaron sus granos y no se los están pagando.
Pero además, el rebote es igual de grande. Por ejemplo, los municipios en los que Vincentín tiene plantas -paradas desde diciembre- dejan de percibir tasas locales por ingreso de camiones y por facturación. Entre las tantas derivaciones del impacto “fuertísimo”, quedó el problema por la deuda con el Banco Nación, que derivó en un comunicado de La Bancaria, el gremio que conduce Sergio Palazzo, hablando de “fraude” y “chantaje”.
“Los productores y empresas intermediarias afectados están tratando de aguantar el día a día, viendo si no se los lleva puestos este default y analizando la convenciencia o no de sumarse al Acuerdo Preventivo extrajudicial que está poniendo sobre la mesa, todavía sin letra chica, con una propuesta global para pagar la deuda sin quita a muy largo plazo, sin recaer en una convocatoria a quiebra que dejaría a todos los acreedores prácticamente sin poder cobrar”, dijo.
Mientras tanto, explica, empieza a asomar un nuevo mercado de granos: “En el ambiente se empiezan a discutir muchas cosas, pero sobre todo se viene viendo que, después de esta serie de defaults que tuvo como punto cúlmine lo de Vicentín pero que antes vio caer a tres o cuatro operadores muy importantes, hay una tendencia a la concentración”.
¿Qué quiere decir esto? Menos compradores. Pero además, advierte, se empieza a buscar la comercialización directa, sin intermediación, porque las nacionales y los intermediarios están dejando a los productores en el camino. “Cuando esa concentración y esa extranjerización sumadas a la pérdida de intermediación se dan, lo que ocurre es que el vendedor -productor- perde poder de puja de precios. Y quien gana poder es el comprador”, concluyó.