El sudeste de la provincia, donde la agricultura hace la diferencia por la calidad de los suelos –unos de los mejores del mundo–, el cerdo se está haciendo su lugar.
Si bien la zona cuenta con una larga historia en la producción porcina, que tuvo al Inta Marcos Juárez como su principal brazo de capacitación y transferencia de conocimiento, las granjas de gran escala comienzan a darle otra fisonomía a la zona.
Los tradicionales modelos de producción a campo o semi confinados le van dando paso a sistemas en confinamiento, con alta escala, mucha tecnología y bajo esquemas asociativos.
A tal punto que en un radio de 120 kilómetros sólo dos empresas proyectan tener en producción a 11.500 madres. Una población que convierte a esa zona de la provincia en una de las de mayor densidad de cerdos del país.
En Monte Buey, en el centro de departamento Marcos Juárez, la empresa Isowean tiene desde 2007 una granja con tres mil madres en producción. Sus instalaciones de ciclo uno están preparadas para albergar a un total de seis mil.
Muy cerca de ahí, en Noetinger, la corredora de granos BLD levantó una unidad productora de lechones que ya recibió las primeras 1.600 madres y que proyecta alcanzar una capacidad de 5.500 cerdas en producción. Cuando ambas estén funcionando a pleno, en la zona se van a producir alrededor de 330 mil lechones por año.
En marcha
“Somos una empresa familiar agrícola que a finales de la década de 1990 comenzamos a producir cerdos”, sostuvo Lisandro Culasso, uno de los propietarios de Isowean. A partir de su experiencia acumulada en el establecimiento familiar, donde había 200 madres “bajo un esquema bastante intensificado”, en 2007 tomó la determinación de dar el salto en la producción. Junto con su socio Fernando Villavicencio, otro productor de la zona, decidieron invertir en la granja. “La idea era producir a gran escala. Cuando trabajaba en el campo me di cuenta que el cerdo era lo más ‘industrial’ que había para crecer”, justificó el productor.
Con tres mil madres en producción, Isowean ya lleva más de 10 años convirtiendo granos de la zona en proteína animal. Para ello produce en la zona alrededor de 25 mil toneladas anuales de soja y de maíz. En abril próximo está previsto que el establecimiento sume 1.500 madres. “El proyecto final son seis mil madres, pero la idea es llegar ahora a nueve mil”, afirma Culasso. Una corredora de granos de Rosario se integró en los últimos años a la sociedad como un tercer socio inversor del proyecto.
El modelo de producción de Isowean es asociativo. La granja se encarga de la producción de los lechones que son engordados por terceros. Por ahora, dos productores integrados ubicados muy cerca del sitio uno se encargan de terminar los capones. Para ello cuentan con infraestructura para engordar 46.200 cabezas por año. El sistema es muy parecido a la hotelería, a la hora de definir la estructura de costos y de ingresos. “Entregamos el lechón y el asociados pone las instalaciones el maíz y la soja y nosotros ponemos los núcleos”, afirma el productor.
La granja de Monte Buey produce alrededor de 90 mil cerdos por año, lo que significan aproximadamente 10 millones de kilos de carne por año. Su productividad es una de las mejores del país: 3.500 kilos de capón por madre al año, casi el doble del promedio nacional que ronda los 1.800 kilos por año. “Eso es básicamente genética, pero también manejo y especialmente recursos humanos”, enumeró Culasso.
La participación como empresa fundadora del consorcio exportador Argenpork le permite diversificar sus canales comerciales. Lo hace entre la venta en pie para el mercado interno y la venta al exterior dentro del consorcio.
Por arrancar
A poco más de 100 kilómetros de donde está instalada Isowean, otra granja va a arrancar con la producción. Es la que construye la empresa corredora BLD con capacidad para producir con 5.500 madres. “El viernes pasado ya ingresó la primera tanda de 1.600 madres que comenzarán a producir el año próximo. El plan incluye que cada 40 días van a ir ingresando más madres en camadas de 1.600”, explicó Ignacio Miles, director de relaciones institucionales de BLD.
Su modelo de producción es también asociativo. Según afirman los propietarios de la granja, en la que invirtieron más de 20 millones de dólares, la cadena se integra con 22 engordadores que tendrán a su cargo la terminación de camadas de tres mil lechones. “Con 25 días de vida y siete kilos, los lechones serán entregados a los asociados para que los engorden durante cinco meses y son comercializados por BLD”, precisó Miles.
El contrato con los engordadores, de los cuales la empresa ya cuenta con 14 confirmados, precisa que de los kilos ganados por encima de 26 kilos, que se tiene como costo de producción, la ganancia se reparte en partes iguales entre la empresa y el asociado. Cada engordador realizó una inversión de 800 mil dólares y tiene que proveerse el alimento para la terminación.
“Elegimos Noetinger porque está en un punto medio, ya que nos permite estar algo más alejado del puerto de Rosario, para hacer más barato al maíz, pero también estar próximo a nuestra sede por la estrategia de gestión”, justificó Miles.
La comercialización de los capones será en la zona de influencia del engordador. La empresa prevé tener productores asociados en Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y Mendoza.