El director bonaerense de Producción Láctea, Juan José Linari, afirmó que si bien “la coyuntura climática complicada no nos deja ver claramente cuál es la evolución del negocio lechero, lentamente las cosas van mejorando”.
Linari describió que la lechería atravesó su crisis más larga entre principios de 2014 y medidos de 2016, durante la cual hubo precios bajos por excedentes de producción en todo el mundo. “Hoy los productores que no tuvieron problemas climáticos están beneficiándose de un aumento del precio del 80% en un año”.
En este orden, el funcionario adelantó la estadística de marzo –aún no oficializada-: las fábricas pagaron al productor un promedio de $5,20 el litro (el valor de febrero había sido 5,16) y lo comparó con el primer trimestre de 2016: $2,70. “Con estos números hay una mejora importante en la ecuación económica, sin dejar de conocer que el arrastre del primer semestre ha dejado muchas deudas”.
Tampoco se olvidó Linari de la situación que atraviesan los tamberos por las inundaciones, especialmente los bonaerenses de los partidos de General Villegas, Ameghino, Rodolfo Alsina, Puán y Rivadavia, en donde se declaró desastre o emergencia agropecuaria. “Ahí la mejora del precio es un dato que no alcanza a solucionar el problema”.
El director proyectó que “si este año no hubiera episodios climáticos extremadamente graves, podría ser que empatemos con los litros del año pasado”. La producción argentina de leche bajó de 11.313 millones de litros (2015) a 9.895 millones de litros (2016), según las estadísticas del Ministerio de Agroindustria (12% menos).
[button color="" size="" type="round" target="" link=""]Linari apuntó que “tras la peor crisis lechera ahora va a haber que trabajar mucho entre el sector público y privado, porque en los tambos hay cuellos de botella de competitividad y en la industria tenemos problemas serios”, a lo cual se le sumó ahora “la capacidad ociosa que repercute en toda la cadena”.[/button]
“Hay que hacer un gran trabajo para adelante que estar permanentemente alerta, acompañar al sector con medidas de orden financiero y crediticio y reconstruir la infraestructura a través de los municipios para que la gente pueda circular: sin caminos no hay leche”.