En Brasil se mantiene firme la producción de soja que alcanzará un nuevo record según lo señalado por una consultora de este país. Por otra parte y a nivel global la demanda de la oleaginosa sigue firme.
En su informe de febrero la consultora INTL FCStone incrementó sus estimaciones sobre la producción de soja en Brasil y estimó que la cosecha alcanzará los 104 millones de toneladas superando en 1,2 millones las estimaciones de enero que fueron de 102,8 millones de toneladas.
Según se explicó, la suba se debe al buen desarrollo de los cultivos y al clima favorable que se ha registrado.
Glauco Monte, director de commodities de la consultora, dijo que la previsión inicial de 102,8 millones de toneladas era ya un registro record pero se dieron las condiciones para que las estimaciones subieran aún más llegando a los 104 millones. Los estados de Mato Grasso y Paraná impulsaron esa suba, informó Projeto Soja.
CHICAGO.
Monte dijo que la soja no ha caído en la Bolsa de Chicago porque tanto Estados Unidos como Brasil confirmaron producciones récord, además el valor del dólar ayuda a que se mantengan los precios.
Pero destacó la demanda que es extremadamente fuerte. “Estados Unidos exportó una cantidad récord”, y Brasil tuvo en enero embarques también record, lo que prueba que la demanda global sigue firme, concluyó Monte.
POR EFECTO TRUMP BRASIL VENDERÍA MAÍZ Y SOJA A MÉXICO.
Por otra parte la brasileña Confederación Nacional Agropecuaria (CNA) ha dicho que ese país está pronto para abastecer a México de soja y maíz en caso de que se cierren las fronteras comerciales con Estados Unidos como consecuencia de las políticas llevadas a cabo por Donald Trump respecto a su vecino.
Brasil es el segundo productor mundial de granos de soja y de maíz después de Estados Unidos, pero desde que se eliminaron los aranceles entre Estados Unidos y México a raíz del NAFTA, los brasileños prácticamente no pueden ingresar a territorio mexicano debido a que las tarifas de comercio exterior no son atractivas para los importadores.
Sin embargo las nuevas políticas de Estados Unidos podrían tener un giro favorable para Brasil.
