La vendimia argentina fue la peor en 56 años, por contingencias climáticas, que afectaron a una gran cantidad de hectáreas con viñedos. Como consecuencia de la baja cosecha pasada, la Argentina cayó cuatro escalones este año como productor mundial de vino, del tradicional 5º puesto al 9º, según un ranking elaborado la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Así, fue superada no sólo por Italia, Francia, España y Estados Unidos, países que producen históricamente más que la Argentina, sino también por Australia, China, Chile y Sudáfrica, que suelen ubicarse por debajo, destacó El Cronista Comercial.
"Las vides fueron afectadas sobre todo por la abundantes lluvias durante la época de cosecha, en febrero y marzo, lo que ocasionó grandes pérdidas de uvas por enfermedades y podredumbres. Las uvas no se llegaban a secar, había mucha humedad, lo que las predispuso a los hongos", explicó Laura Alturria, coordinadora Técnica de Bodegas de Argentina, que reúne a empresas del sector.
Como consecuencia, la cosecha fue de 8,8 millones de hectolitros (hl.), un 35% menor a la de 2015, año que con 13,4 millones ya estaba por debajo de los niveles habituales, de poco más de 15 millones. En quintales de uva, la producción promedia 26,6 millones, pero este año fue de apenas 19,8 millones.
En los últimos 30 años, son recordadas como "malas cosechas" las de 1992, cuando las heladas hicieron perder más de un 30% de las uvas y la de 1997; más recientemente, también la de 2009, que llevó a importar un poco de vino básico de Chile, al igual que en 1992, por la escasez y el consecuente aumento de precio del vino local.
Este año, la fuerte baja llevó a que incluso Chile superara a la Argentina como productor, pese a registrar una cosecha un 21% menor a 2015, también por el clima. "Al estar del otro lado de la Cordillera, el clima es diferente. Pero también tuvieron muchas lluvias en verano, lo que llevó a que perdieran producción", explicó Alturria.