No está dicha la última palabra. Sobre todo en materia azucarera, donde se ha encendido una luz de alerta ante un proyecto que avanza a nivel nacional.
Por eso, el Gobierno provincial intentará unificar una posición con las provincias azucareras ante el avance de iniciativas que establecen un aumento de los impuestos a las bebidas analcohólicas y de la etiqueta "semáforo" de los productos alimenticios. Tanto en la Casa de Gobierno como en el sector industrial consideraron que se tratan de proyectos que afectarán a la actividad azucarera "en su conjunto": producción y empleo.
La acción del Poder Ejecutivo consistirá en un trabajo con legisladores locales y diputados y senadores nacionales de Salta y Jujuy, además de los tucumanos, ya que se tratan de temas que serán resueltos en el ámbito del Congreso nacional. "Coincidimos que afectará a la industria azucarera en su conjunto, además de que están hechos sobre base y fundamentos poco claros", dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Juan Luis Fernández, tras una reunión con directivos del Centro Azucarera Regional de Tucumán (CART).
"Se acordó un plan de acción, que incluye el trabajo mancomunado también con el Centro Azucarero Argentino (CAA) y otras Instituciones del sector. Asimismo, se destacó la necesidad de informar a los diputados y senadores nacionales de las provincias azucareras sobre el particular, especialmente para ponerlos al tanto de los efectos en los cambios de los impuestos a los alimentos azucarados en base a estudios realizados en varios países del mundo", manifestó el CART en un comunicado.
Rotundo rechazo
En ese encuentro, los empresarios plantearon estas situaciones, en línea a lo expuesto por el Centro Azucarero Argentino (CAA). La entidad nacional rechazó "la imposición a alimentos azucarados y bebidas endulzadas con azúcar".
El sector privado ha rechazado, a su vez, el proyecto que está en el Congreso nacional y que propone la aplicación de un esquema denominado "semáforo". El objetivo es que los productos lleven los valores de grasas, sal y azúcares que contienen, clasificándolos con los colores rojo, amarillo o verde.
Esto significará que aquellos alimentos que representen un riesgo para la salud será calificados con el rojo; los que no sean tan nocivos, con el amarillo, y los saludables, con el verde. Y en este proyecto, el azúcar se encontraría en el rojo.