Tras una mala cosecha, debido fundamentalmente a problemas climáticos, la producción de vinos fue menor este año a la del 2015 pero las exportaciones se mantendrán en el orden de los u$s 900 millones. Esta es la proyección que realizaron desde Wines of Argentina, durante las Jornadas Estratégicas de la vitivinicultura argentina en el mundo que se realizaron el jueves 24 en la sede de la Cancillería.
El principal problema analizado fue la pérdida de competitividad de los vinos argentinos frente a sus principales competidores (España y Chile). "La diferencia de costos entre Argentina y Chile supera el 50%. Mientras nosotros pagamos aranceles en casi todos los mercados, ellos pagan cero porque tienen tratados de libre comercio", comentó Alberto Arizu, director de Wines of Argentina. "Uno de los factores que más nos está afectando es la caída del mercado brasileño, por su propia crisis interna y porque recientemente impuso un impuesto interno a las bebidas alcohólicas, una medida que se está expandiendo en otros mercados de la región como Colombia y Ecuador". "De todos modos -destacó- aunque la apertura comercial del mundo va a ser menor, hay buenas oportunidades de crecimiento. El consumo de vino aumenta con el bienestar económico, y se multiplicó por cinco en los últimos 20 años".
Argentina exporta hoy un 30% de su producción de vinos (principalmente de alta gama y mayormente Malbec). De las 340 bodegas exportadoras, las primeras 10 concentran el 70% de las ventas al exterior.
"Los costos del vino argentino están muy altos, sobre todo impuestos y fletes. A esto se suma el atraso cambiario frente a nuestros competidores", sostuvo José Zucardi, cuya bodega exporta el 50% de su producción. Para Maximiliano Hernández Toso, de Riglos Huarpe (bodegas que se fusionaron recientemente), el principal problema es "la escasa inversión por falta de acceso al crédito. Con mayores inversiones en tecnología, los productores podrían manejar mejor sus viñedos frente a inclemencias como las lluvias por el fenómeno del niño; y las bodegas podrían crecer en producción. Pero la realidad es que mientras los productores de Australia o California tienen créditos a 30 años, nosotros tenemos a cinco años. La única opción es reinvertir utilidades, pero esto pone un límite al desarrollo del sector", enfatizó. En cuanto a los costos, ejemplificó "mandar un contenedor al puerto de Buenos Aires sale u$s 2500 y de ahí a Shangai, u$s 700. Así es más difícil llegar al mundo".
En este sentido, la canciller Susana Malcorra destacó, durante su discurso de inauguración de las jornadas, que "estamos trabajando fuerte para apoyar a este sector que es un emblema de la Argentina. Hemos avanzado en un acuerdo con Noruega y Canadá para ampliar la participación de nuestros vinos en esos mercados", aseguró.
Por su parte, Hilda de Vaieretti, presidenta de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), destacó que "pese al estancamiento de los últimos tres años, se mantiene el objetivo de alcanzar los u$s 2000 millones en exportaciones para 2020. "Lo que ocurrió es que, luego de varios años muy buenos, la actividad se estancó y se deprimieron los precios. Este año mejoraron porque la cosecha fue menor. Pero de todos modos esto abre buenas perspectivas porque ya no hay sobre stock", comentó.