Un consorcio integrado por entre 12 y 16 productores rurales de la zona de Jesús María iniciará una serie de obras que buscan prevenir inundaciones como las que tuvieron lugar en 2015 y durante el verano pasado.
En un plazo de cuatro años, los productores intervendrán con terrazas de nivel una superficie de alrededor de 12 mil hectáreas, con el fin de demorar el caudal y la velocidad con la que el agua de lluvias baja a la cuenca de los ríos; y disminuir la erosión de la capa fértil de los suelos, que absorberá más agua de utilidad para mejorar los rindes de los cultivos.
Se trata de una resolución tomada por el consorcio de conservación de agua y suelo de Jesús María. Recientemente, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba entregó maquinaria para que comiencen las tareas.
Tranqueras adentro
Omar Candela, presidente del consorcio, hizo una valoración sobre el proyecto: “Vimos la necesidad de que los productores trabajemos tranqueras para adentro para frenar el agua y que no corra con tanta cantidad ni tanta rapidez, porque nos lava y erosiona el suelo antes de generar inundaciones en el área más baja”.
Lo que el consorcio eligió, en este caso y aprovechando el desnivel que existe en los campos desde la ruta nacional 9 hacia el este, es ejecutar terrazas de nivel que implican ir bajando cada 70 metros de superficie cultivable unos 30 centímetros, de modo que en ese escalonamiento el agua se vaya deteniendo. Y en esos 70 metros, las máquinas que, habitualmente, utilizan los productores para siembras o cosechas trabajan sin inconvenientes.
Con excepción de las palas “terraceadoras” que entregó el Gobierno provincial, el resto del financiamiento de las obras corre por cuenta de los productores.
Un proyecto integral
El área sobre la cual se está trabajando fue incluida dentro de un plan integral de ordenamiento de cuencas hidrográficas del norte de Córdoba, planteado en 2010 con dos objetivos básicos: concretar obras retardadoras del escurrimiento del agua y frenar las lluvias en el lugar donde caen para favorecer su infiltración en los suelos productivos.
Para el primer objetivo se diseñaron los microembalses de retardo temporario, de los que ya se ejecutaron alrededor de 80 en toda la zona de pie de sierra entre Juárez Celman y Cañada de Río Pinto. Ya se pudo ver que esos pequeños minidiques demoran el agua y evitan picos de crecidas de gran magnitud en determinados puntos de la cuenca hidrográfica.
Para el segundo objetivo, se diseñaron obras de conservación de suelo y agua tanto ingenieriles (terrazas, canales y curvas de nivel, entre otros) como agronómicas (rotaciones, forestaciones y siembra directa). En este apartado ingresan las 12 mil hectáreas cercanas a Jesús María en donde se implementarán prácticas “absorbedoras” de agua de lluvia.